viernes, 19 de septiembre de 2014

Quién se estrella cuando tú te estrellas también

A la hora de la mentira digamos que yo siempre fui la valiente y tú siempre dijiste toda la verdad. Diría que tarde o temprano, pero es que fue jodidamente tarde y casi nunca. Y ahora empiezo a entender tanto (tanto tanto) que sí, a lo mejor la felicidad esta en la ignorancia, pero prefiero tirar hoy para delante con la verdad que quedarme ayer contigo en un simulacro de felicidad. Me hiciste creer que era mejor ir los dos en un solo paracaídas a quedarme en el avión, y ahora sé que yo siempre he sido más de volar que de planear. Y tal vez (que seguro) no sepas que esto te lo escribo a ti, porque sigues empeñado en saltar pensando que prefiero sobrevivir contigo que estrellarme sola (y cómo se nota que no me conoces)
Y aunque a la hora de la verdad yo siempre he sido la cobarde y tú siempre dices medias verdades (medias mentiras) que te salvan el culo, te reconozco que tengo miedo de que lo que tú (dices que) vas a hacer, más bien deshaga. Y que como dirían los Rodriguez (y nadie más podría decirlo mejor) me sigo mordiendo todavía las uñas del rencor pero eso sí, eres tú el que me sigue debiendo una canción de amor. O lo que sea.

 

duelen más las mentiras que el hecho,
más por necesidad que por capricho 

no fuerzo el amor,
menos la pose

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