lunes, 1 de septiembre de 2014

Por, para, contra y con ti(go)

 
Tratas de imaginarte una vida sin controlar el tiempo y es imposible. Sabes el mes, el año, el día de la semana; sabes cuánto queda de anuncios para que empiece la película, hay un reloj en el salpicadero de tu coche, nuestra canción dura cuatro minutos y cuarenta segundos (sin embargo nos sobran los cuatro para darnos cuenta de que ha empezado a sonar), tienes un calendario en tu habitación con el 14 marcado y hemos quedado el viernes a las ocho pero llamas a menos cinco para saber si llego tarde. Somos animales, sí, pero de los que miden el tiempo. Supongo que por eso somos los únicos que sufrimos el miedo paralizante a que el tiempo corra demasiado rápido sin haber hecho algo con él. Podríamos ser pájaros y dejar de tener prisa por volver (aunque si es de tu lado no me voy a ir). Podríamos aceptar lo de no poder controlar el tiempo y descontrolarnos nosotros. A la mierda las horas que si las dejamos de contar pasarán más despacio. Rompamos todo lo que cuente minutos y no momentos, que yo solo quiero contar contigo. Tirémonos nosotros por la borda, que cuando un segundo parecen cien y una eternidad un minuto, no sirve de nada preocuparse de algo que jamás va a detenerse por, para, contra y con ti(go).
Para qué perder tiempo con el tiempo si ya te tengo.

No hay comentarios: