miércoles, 2 de julio de 2014

Problema y solución.

Hay demasiados problemas para centrarme en uno solo y lo cierto es que cada vez que me lo pides vuelco. Pero tampoco es que tengas intención de parar de pedirlo, ni yo de que pares de hacerlo.
No repares en historias raras que sabemos por lo que estamos aquí. Por lo que hemos venido. Por lo que aguantamos. Que problemas asolas hay demasiados, juntos no los suficientes.

No sé.

Problemas que son errores, piedras. Aunque más bien fueron ellas las que se tropezaron con nosotros, y eso que siempre he oído lo de que el problema no es lo que sientes sino lo que noY es que no me queda nada ya por sentir. Entonces fuera problemas. 

O no.

Sabemos lo que nos conviene y nos ha dado igual desde siempre. Que lo nuestro, ni pies ni cabeza: corazón. Pero eso tiene más pinta de solución que de otra cosa.

El problema... 
El problema es que te voy a querer para siempre. 
Y bueno, tú siempre me haces reír. 

Estamos en paz. 


Vivo esperando siempre que tú me cuentes 
que estoy adentro de lo que sientes.

Dicen que las palabras que se abandonan 
no son de nadie, no son de nadie. 
Dicen que la locura, solo soltura. 
La luna cambia siempre de cara, 
tiene mil caras, tiene mi cara, tiene la tuya.
Septiembre pone la bruma 
y toda la gente vive consciente 
 y no se arrepiente de lo que siente. 
Yo solo digo que es evidente.
Sigo buscando algo. 
Y puede que ahora lo esté tocando, lo esté abrazando, 
no digas nada, solo prepara
a nuestros cuerpos, a nuestro aliento.
 
Sigues buscando cualquier momento para esconderte, 
mi buena suerte, volver a verte, mi buena suerte. 


No hay comentarios: